Nuevos consumos para una bebida clásica
Nuevos consumos para una bebida clásica
5 de febrero de 2020  • 07:00

La yerba mate es una de las economías regionales tradicionales de la Argentina pero, en los últimos años, su forma de comercialización fue variando y el mate se reconvirtió apuntando a nuevos mercados. El año pasado, según datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) el consumo doméstico aumentó cinco por ciento interanual y las exportaciones alcanzaron los 39,8 millones de kilos, el segundo mejor registro histórico (2018 fue el mejor con 43 millones).

En su búsqueda de «reperfilamiento» la yerba avanza en un camino que ya transitaron productos como el vino, el té y el café. Las empresas tradicionales apuestan a la calidad «Premium» y cada vez hay más propuestas orgánicas. Se suman empresas que fabrican blends de yerbas, sea para incluir el mate tradicional o para usarlos como un té y se consolida el servir mate en bares, además de tragos hechos en base a yerba.

En La Plata funciona el primer Mate Bar Boutique de Latinoamérica (Matea) con más de 30 yerbas de pequeñas fincas y unas 20 hierbas y agregados para combinar. Hace un año abrió una similar en Nueva York. Matear, la feria dedicada al segmento, lleva ya tres ediciones.

La producción orgánica de yerba está amparada por ley y hay cuatro certificadoras habilitadas por Senasa para realizar los controles; es un proceso que tomó fuerza en la última década en especial entre pequeños productores. Junto a las premium son una opción también para conquistar nuevos mercados afuera, dispuestos a pagar más por productos sostenibles.

En diálogo con LA NACION la sommelier especialista en cata de yerba mate, Valeria Trápaga, que se avance hacia la producción orgánica o a los blends no implica que sean de mejor calidad: «Nueve de cada diez argentinos toman mate, pero todavía no le damos demasiado importancia a lo que tomamos; domina la idea de que la yerba es una sola. Queremos tanto a la yerba que no la cuestionamos; sabemos más de vinos o de quesos que de yerbas».

Alberto Re, presidente del INYM, calificó al 2019 como un «muy buen año» con 277 millones de kilos en el mercado interno, 27 millones de kilos por encima de la media de, al menos, de este siglo. «Un récord absoluto, no teníamos números semejantes. En gran parte este incremento puede tener que ver con la ‘reinvención’ del mate. Hay un factor que puede relacionarse con que la yerba es relativamente barata y rinde mucho (un kilo rinde para 18 litros), pero también hay más promoción tanto en el país como en el exterior», indica a este medio.

Admite que la producción de premium y orgánicas va en ascenso; aconseja chequear la certificación porque hay algunas que se venden como tal y no lo son. Trápaga subraya que ser orgánica no es sinónimo de premiun.

Re señala que «antes el mate se consumía dentro de la casa y ahora ganó la calle, tiene una penetración mayor y ganas de mostrarse», sintetiza. Unas 15 empresas son las que concentran el mayor volumen de ventas en el país.

Una experiencia interesante a mayor escala en producción orgánica es la de la Cooperativa Agrícola Monte Carlo, en Misiones. Fundada en 1930 por inmigrantes alemanes, está realizando cultivos específicos para yerba orgánica. Su marca más conocida es Aguantadora y Sinceridad (no orgánicas) mientras que Pampa es producida sin la utilización de agroquímicos y respetando los ciclos naturales de crecimiento.

Se apunta al consumo gourmet
Se apunta al consumo gourmet

La búsqueda gourmet

Los blends son la incorporación más reciente al mercado de la yerba mate; implican una vuelta gourmet a los productos que vienen con hierbas aromáticas o son «saborizados». Mate&Co la fundaron dos amigas en 2015 con la intención de que «el mate sea el nuevo té del mundo». Desarrollaron una línea de «yerbas de autor».

Marcela De Loredo, una de las creadoras, cuenta a este medio que salieron al mercado con «innovaciones, con un abanico de propuestas que no estaban y que apuntan a llevar a la yerba a un lugar más gourmet como el que ya tienen el té y el vino». Define a la yerba mate como un producto «muy bueno, noble, pero estático, influido por la cultura tradicional, la de los puristas del mate». Compran yerba orgánica a una cooperativa misionera de Oberá , que les entrega una especial, de hoja grande sin palo y con dos moliendas mezcladas.

La marca vende unas 20 toneladas anuales; De Loredo recuerda que cuando salieron al mercado eran «apenas 50 latas» con tres blends, el lemon (lemon grass e hisbiscus); tres mentas y chai. «Nos dio mucho miedo romper; pensamos la propuesta como mezclas para infusionar y por eso elegimos mezclas a las que el paladar estaba más acostumbrado. El consumidor aceptó, hay mucha recompra. Para nosotros la barrera más alta es que prueben», acota.

Mientras se preparan para exportar a Europa Estados Unidos y Latinoamérica, indica que aunque hay mucha oferta de nuevos productos todavía no tienen un competidor directo: «Hay mucha yerba compuesta, la tradicional con hierbas o con esencias. Nosotros trabajamos con flores importadas y hierbas orgánicas certificadas».

Trápaga, quien lleva 17 años realizando catas, insiste en que hay yerbas varietales, bi vateriales, diferentes terroirs en función de en qué punto de Misiones Corrientes se produce: «Tal vez primero habría que conocer todo esto antes de avanzar hacia la otra diversificación que es la de gourmets. Apoyo esas tendencias porque están muy buenas, lo mismo que cocinar con yerba, cuando aporta sabores muy sutiles. Promuevo que la yerba ingrese a otros mundos».

Exportaciones

Re se entusiasma en que cada vez hay más empresas interesadas en exportar. Comenta que hace unos cuatro años -cuando llegó al Instituto- sobraban lugares en las misiones comerciales mientras que ahora hay más inscriptos. «Es fundamental que el mercado de bebidas no alcohólicas y de energizantes naturales está creciendo en el mundo; es muy competitivo, mueve mucho dinero y está en expansión. Eso entusiasma a los productores».

Siria es el primer destino de los envíos argentinos seguido por Chile y vienen en crecimiento Líbano Turquía . El principal competidor de la Argentina en el mundo es Brasil que si bien no tiene tanta producción como la Argentina, opera con «mayor fuerza comercial». Como ejemplo Re indica: «Nos ganaron el mercado uruguayo que hace 20 años dominábamos. Sus costos de logística son menores y eso pesa. Hay que pensar que incluso para el consumo doméstico, los centros de producción están a 1000 kilómetros promedio de los de consumo».

«La costumbre de tomar mate con bombilla está tan arraigada, tiene tanta magia que si bien las otras tendencias llegaron para quedarse lo tradicional cobra cada vez más fuerza y cada vez desde más temprana edad. Para los jóvenes ‘garpa’ tener su propio termo y mate, atraviesa todas las clases sociales y los ámbitos geográficos. La tendencia más fuerte es la del mate en sí mismo, lo gourmet le da más versatilidad», define Trápaga.

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